El trabajo, que podría dar lugar a la aparición de compuestos probióticos contra la obesidad, podría publicar sus primeros resultados "a principios de 2011". Así lo ha anunciado el doctor Francisco Guarner, que participa en este trabajo desde la Unidad de Investigación del Aparato Digestivo Hospital Universitario Vall d'Hebrón de Barcelona.
En este proyecto, llamado MetaHIT, participan casi 500 pacientes -unos 200 con obesidad y otros 200 con enfermedad de Crohn- procedentes de España, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido.
En ellos se están aplicando tecnologías de última generación para analizar la composición de su flora intestinal, definir los rasgos que hacen a un individuo propenso a la obesidad y manipular las bacterias responsables de este problema.
Diferencias en la flora
"Sabemos que la microflora intestinal es diferente en las personas obesas y en las que tienen un índice de masa corporal (IMC) normal, incluso se sabe que los individuos obesos, cuando intentan perder peso, recuperan un perfil normal en cuanto a la composición de su flora intestinal", explica el doctor Guarner.
"Esto hace pensar -continúa- que los individuos obesos tienen en su flora un tipo de bacterias que fueron muy útiles en la antigüedad, permitiendo a nuestros antepasados sobrevivir sin tener que comer todos los días. Sin embargo, con la abundancia de comida propia de los países ricos en la actualidad, las personas portadoras de estas bacterias podrían tener una mayor propensión a la obesidad".
El fin último del trabajo, que podría concluir dentro de tres años, es descifrar "el mapa de las bacterias de la flora intestinal" y en el futuro, manipularlas y utilizarlas como probióticos para adelgazar. "Aún no se ha probado en humanos, pero sí se ha conseguido reducir el peso de animales obesos trasplantándoles diversas bacterias de la flora de animales con peso normal", asegura.